¿Y si pruebas a reconstruir el mundo?

El mundo ha sido creado por mí. Ya sé que parece una prepotencia inadmisible, pero es la realidad. Soy el responsable del montaje de este impresionante puzle de objetos, sentimientos e ideas que constituyen mi universo.

Esta ahí por mí, y si no me gusta, total o parcialmente, tengo la posibilidad de reconstruirlo, Esta es mi prerrogativa como creador.

 

♦    Hazte consciente de tu mundo

  • Cuando camines por la calle observa la gente, el tráfico, el movimiento, como transcurre la Vida a tu alrededor. Hazlo con una mente relajada, sin nada especial que hacer salvo prestar toda tu atención al entorno.

¿Cómo lo sientes?, ¿qué emociones provoca en ti?, ¿es pacífico o ruidoso y trepidante?, ¿positivo o pesimista?, ¿alegre o melancólico? Puedes hacerlo, también, mientras escuchas música relajante en tus audífonos. Esto añadirá más color, sabor y emocionalidad a tu experiencia.

Luego, en cuanto puedas, anota tus observaciones.

  • En tu casa, elige un momento en que no tengas nada especial que hacer, y dedica unos minutos a observar lo que te rodea en silencio. Pasa la vista por la habitación, detente brevemente sobre algún objeto. Luego pasa al siguiente. Puedes, también, prestar atención a tu cuerpo y estado interno: respiración, emocionalidad, pensamientos…

Se consciente de tus sentimientos mientras lo haces. ¿Cuál es tu estado de ánimo predominante durante el ejercicio?, ¿vienen recuerdos?, ¿cuáles?, ¿piensas en el futuro?, ¿en qué?

  • Convierte en un hábito dedicar un tiempo a observar lo que te rodea, de vez en cuando, aprovechando cualquier cosa que estés haciendo, sol@ o en compañía. Acostúmbrate, también, a tomar nota sobre tus estados de ánimo al hacerlo.

Estos ejercicios te darán una visión clara de cómo es tu mundo y cómo lo sientes.

♦    Descubre al creador que hay en ti

  • Practica el siguiente ejercicio cuando estés en la calle: imagina que tu mente (la sentimos, por lo general, alojada y circunscrita a nuestra cabeza) se expande de tal modo que abarca todo lo que ves y oyes. Imagina que estás viendo, en realidad, tu propia mente proyectada. Todo eso que parece estar fuera, está dentro. Todo, absolutamente todo, eres tú: la mente lo ha construido, siguiendo tus instrucciones (casi siempre inconscientes).

Date un tiempo para mantener esta idea mientras caminas y observas a tu alrededor. ¿Cuál sería tu estado de ánimo si esto fuese verdad? ¿Te sentirías más libre, más desenvuelt@?, ¿más capaz de arriesgar? ¿más decidid@ a vivir la vida que siempre has deseado? ¿ves desaparecer o menguar tus miedos?

Anota tus sentimientos al experimentar este concepto de creador del mundo.

  • Comienza a saborear los placeres y la paz del creador actuando como tal: vive con mayor naturalidad, deshazte de la vergüenza, olvídate de tus resentimientos, abandona los miedos y lánzate a experimentar con plenitud. Todo lo que ves, hueles y tocas eres tú, es tu mente creadora recreando un mundo. ¿A qué viene sentirse cohibid@? ¿qué sentido tiene enfadarse o enemistarse con uno mismo? ¿Qué puedo perder si pruebo a fluir con naturalidad y hacer lo que deseo hacer?

Practica el memorable, motivador y liberador ejercicio de actuar con plena autonomía, sabiéndote creador/creadora, con toda la frecuencia de la que te sientas capaz. Comenzarás a darte cuenta de que la mayoría de las trabas, inconvenientes, obstáculos y dificultades que encuentras en tu camino te los has puesto tu mism@.

♦     Reconstruye tu mundo y permite la existencia de otros

  • Atrévete a experimentar toda tu capacidad. Hazlo en tu mundo, en el que has creado, eliminando aquellos decorados que te impiden hacerlo. Puedes ser más atrevid@, más natural, más feliz. Puedes cambiar comportamientos y actitudes. Al fin y al cabo, es una interacción contigo mism@. ¿A qué viene sentir recelo? Estás en la paz del hogar. Es tu casa, tu mecano, tu creación. Eres libre de actuar.

Comienza poco a poco. Puede que, al principio, los que te rodean se sientan sorprendidos, pero se acostumbrarán a tu cambio de perspectiva y acabarán agradeciéndolo porque ellos también se beneficiarán de esta nueva visión.

  • Permite que cada uno sea como es y viva en el mundo que ha creado para sí. Es perfectamente posible convivir con universos muy distintos al de un@. No hay porque compartirlos. Cada uno puede reivindicar el suyo sin necesidad de combatir el de los demás. Todos son igualmente válidos. Distintas versiones de la misma experiencia: VIVIR.

Unos serán más cerrados, otros más abiertos. Unos más alegres, otros más tristes. Unos más atrevidos, otros más miedosos. Unos más poderosos, otros más impotentes. ¿Cómo vas a construir el tuyo?

♦     Aprende a controlar tus pensamientos

  • Considera, por un momento, que tus pensamientos no son tuyos. Pertenecen a la comunidad humana, Han estado ahí por generaciones, circulando por miles de millones de cerebros. Se han nutrido de emociones, recuerdos, esperanzas y dramas, enriqueciéndose con cada nueva experiencia.

Residen en algún lugar indeterminado. Aparecen y desaparecen de tu mente sin que puedas hacer nada al respecto. Tratan de inculcarte una creencia: la de que te pertenecen. De este modo la carga energética que absorben de ti es mayor, y esto incrementa su poder.

Cuando un pensamiento perturbador llegue a ti, hazte a la idea de que no es tuyo. Pertenece a la humanidad, aunque al circular por tu mente se particulariza, de acuerdo a tus experiencias y recuerdos. No siendo tuyo específicamente, no te pertenece. Tú no eres él. Puedes desvincularte. No se trata de combatirlo, ni de negarlo, ni de cambiarlo. Solo es preciso observarlo bajo la perspectiva de que no es tuyo y dejarlo marchar sin creer la historia que cuenta, sin identificarte con él.

Esta manera de relacionarte con los pensamientos te llevará a un nuevo mundo más libre de dolor y sufrimiento y más lleno de amor y paz.

  • Los pensamientos son parte de tu proceso creador. Ellos también contribuyen a diseñar tu modelo de mundo. de alguna manera, crean tu futuro.

No te permitas pensamientos destructivos que puedan apuntar a un mañana descorazonador o infeliz. Observa tus pensamientos predominantes y acostúmbrate a identificarlos en cuanto aparecen por la puerta de tu mente. Marca con tinta roja de peligro aquellos que te merman, te minusvaloran, te deshinchan, te desmotivan o llenan tu vida de miedo, rechazo o resentimiento. Estate alerta en cuanto aparezcan. No te dejes embaucar por ellos, cuestiónalos, desenmascáralos y permíteles partir sin más, sin participar en su carga energética. No los abones con tus miedos, tus ansias ni tus preocupaciones. Son solo pensamientos, no son reales, y se irán si dejas de prestarles atención.

Comparte este contenido

Deja un comentario