Gestiona bien tu tiempo

Solemos pensar muy poco en que tenemos un tiempo limitado para experimentar, aprender, disfrutar y contribuir a la vida. Lo mismo ocurre con cada día de nuestra existencia, un lapso limitado para hacer cosas. Aprovecharlo al máximo depende de que sepamos organizarnos.

 

Estos factores te ayudarán a gestionar bien tu tiempo:

  1. Cada mañana o la noche anterior, dedica un tiempo a planificar el día. Establece un orden en las actividades que te propongas llevar a cabo. Resulta útil a este efecto, hacer una lista con aquellas cosas que has pensado en hacer y establecer prioridades entre ellas, en base a criterios de urgencia e importancia (primero lo urgente e importante, liego lo importante y no urgente).
  1. Calcula, aproximadamente, el tiempo que te va a llevar efectuar cada cosa. Comienza por situarte mentalmente en la tarea terminada y, desde ahí, vete hacia atrás, asignando un tiempo a cada subtarea o actividad. Por ejemplo, si quieres llegar al cine a las 8 de la tarde, calcula el tiempo que te llevará desplazarte en coche y aparcar y luego el que emplearás en arreglarte para salir de casa, súmalos y resta el total de la hora de llegada al cine. Así sabrás a qué hora debes comenzar a prepararte.
  1. Lleva un diario durante un mes, en el que apuntes, al finalizar cada jornada, las cosas que te propusiste hacer y las que finalmente has hecho. Comprueba si lo importante has conseguido terminarlo todo o no, y revisa si has acertado con tu plan de tiempos para cada actividad. Anota también tu sensación de disfrute con cada cosa.

Este diario, revisado semanalmente te va a dar muchas pistas sobre que aspectos debes mejorar. Estas son las preguntas que puedes hacerte:

  • ¿Estoy seleccionando lo realmente importante?
  • ¿He calculado bien los tiempos que me lleva hacer cada cosa?
  • ¿Qué porcentaje de cosas he conseguido terminar?
  • ¿Lo que me haya quedado por hacer es poco importante?
  • ¿Con qué tareas me lo he pasado bien?

Aprender a gestionar bien el tiempo es una labor que, si no estás habituado o habituada, necesita práctica, pero sus efectos comenzarán a notarse relativamente pronto. Los síntomas de que vas por buen camino pueden ser, entre otros, que haces más cosas que antes, que lo importante casi siempre queda resuelto en el día, que realizas tus actividades sin tensión y que disfrutas cada vez más con lo que haces.

Comparte este contenido

Deja un comentario