Lo difícil no es hacer lo que quieres sino saber lo que quieres
¿Qué es el proposito de vida y por qué es importante encontrarlo?
El propósito de una vida es su razón de existir, aquello que hace que se active cuando el sol asoma por el horizonte, el motor que pone en movimiento la maquinaria que soporta su existencia y, en definitiva, el objetivo hacia el que se dirige.
Puede que no sientas que tienes un objetivo, una meta, un lugar hacia el que dirigir tus pasos. Puede que, simplemente, te levantes de la cama para realizar tus obligaciones, atender tus compromisos o cuidar de quién te necesita. Tal vez esto no te parezca un objetivo, una razón para despertarte, ponerte las pilas y comenzar a moverte, pero, sin duda, lo es.
Miles de millones de seres humanos se despiertan cada mañana para dirigirse al trabajo, atender a sus hijos o cumplir con lo que han decidido que son sus deberes. Este es su propósito, la razón de su existencia, aquello a lo que han decidido dedicar su existencia. Es este un fin tan válido como cualquier otro, fruto de la libertad de cada cuál para decidir que hacer con su vida.
La cuestión no es si la dirección que sigo es adecuada, significativa o trascendente. No hay ninguna necesidad de marcar hitos ni de hacerse un hueco en la historia. La cuestión es si me siento satisfecho o satisfecha con esta elección, si estoy conforme con dedicar toda mi energía a mis quehaceres habituales, o si, por el contrario, sueño con una vida diferente que se me escapa de las manos cada día que pasa.
Un propósito poderoso es aquel que está arraigado profundamente en el ser, aquel que me apetece hacer, que deseo seguir haciendo, que llena mi existencia, y que me proporciona alegría, paz y satisfacción personal. Si en vez de ello, mis objetivos son más livianos, orientados hacia lo práctico, lo seguro, lo adecuado, lo usual o lo que hace todo el mundo, podría preguntarme si vale la pena dedicarles mis energías.
Comienza por la introspección: descubre que quieres
Sacar a la luz nuestros sueños y darles vida no es tan difícil como podría parecer. Solo necesitamos estar seguros de cuáles son nuestros auténticos anhelos, saber lo que queremos por nosotros mismos, sin interferencias externas, liberados de vivir la vida que otros diseñaron para nosotros. Esto sí que es algo más complicado de conseguir porque, a menudo, mis deseos están más basados en lo que los demás esperan de mí que en lo que, de verdad, quiero.
MI propósito real, lo más íntimo, sigue presente en el niño que vive en mi interior, y también en los anhelos, deseos y sueños del adolescente. Y es algo que, en el fondo, todos sabemos, aunque la gran cantidad de basura mental que hemos ido acumulando con los años haga que parezcan quimeras de juventud, y como tales, se desvanezcan en la memoria, ocultas entre los modelos de éxito que marcan las modas sociales. Sin embargo, aún puedo recuperar mis recuerdos más puros, retrocediendo mentalmente a aquellos primeros años, y rememorando cuáles eran mis proyectos, mis ideales, mis intereses, y todo aquello que me hacía vibrar (y sigue haciéndolo).
Reencontrarme con mi propósito, con mis verdaderas metas, con aquello que he venido a desarrollar en este planeta, me hará sentir más ilusionado, motivado y feliz al levantarme cada mañana. Y no será una mera cuestión de utilidad o practicidad lo que me mueva, sino algo mucho más profundo, poderoso y gratificante: la maravillosa sensación de vivir de acuerdo con lo que soy, siguiendo los deseos de mi corazón, y agradecimiento el inapreciable regalo de estar aquí y ahora.
El primer paso para encontrar tu propósito de vida es dedicar tiempo a dialogar contigo mism@ y redescubrir tus valores, tus intereses, tus miedos y tus necesidades, para poder así alinear tu vida con aquello que te llena de sentido.
He aquí dos ejercicios prácticos que te ayudarán a recuperar el contacto con tigo mism@:
Ejercicio 1: Identifica tus pasiones y talentos
Tómate un momento para reflexionar sobre las actividades con laas que disfrutas y en las que destacas. Pregúntate:
- ¿Qué cosas haría incluso si no me pagaran por ello?
- ¿Qué habilidades o talentos me reconocen los demás?
Haz una lista y busca patrones. Tus pasiones suelen ser una señal de lo que podría ser tu propósito.
Ejercicio 2: Reflexiona sobre tus momentos más plenos
Recuerda tres momentos en los que te sentiste verdaderamente feliz y realizado. Y contesta:
- ¿Qué estabas haciendo?
- ¿Con quién estabas?
- ¿Por qué ese momento fue especial?
Estas experiencias pueden revelarte valores fundamentales y áreas en las que podrías centrar tu propósito.
La introspección es un proceso continuo. A medida que profundices, obtendrás mayor claridad sobre quién eres y qué es lo más importante para ti. Esto establecerá las bases para descubrir y vivir tu propósito de vida.
Superando obstáculos
Descubrir el propósito de vida puede ser un desafío porque implica enfrentarnos a las limitaciones autoimpuestas. Reconocerlas es el primer paso para superarlas.
Cómo identificar y superar creencias limitantes
Las creencias limitantes son pensamientos que nos impiden avanzar, como “No soy lo suficientemente bueno” o “Ya es tarde para cambiar”. Se interponen en el camino del descubrimiento del autopropósito generando incertidumbre y desánimo. Para superarlas:
- Escríbelas y cuestionalas.
- Sustitúyelas por afirmaciones positivas, como “Siempre es buen momento para empezar de nuevo”.
- Rodéate de personas que te apoyen y te motiven a crecer.
Conecta tu propósito con acciones diarias
Un propósito de vida no tiene valor si no lo transformamos en acción. Con pequeños pasos diarios, puedes empezar a alinear tus actividades con lo que te hace feliz. la clave está en la constancia.
Establece Metas Claras y Realizables
Divide tu propósito en metas específicas y alcanzables. Por ejemplo:
- Si tu propósito es ayudar a los demás, podrías empezar con un voluntariado en tu comunidad.
- Si te apasiona el arte, comprométete a dedicar una hora diaria a practicar.
Crea un Plan de Acción Alineado con Tu Propósito
Un plan detallado puede facilitarte dar el primer paso. Un pequeño esquema como este puede marcar la diferencia:
- Define prioridades: ¿Qué actividad tendrá el mayor impacto en tu vida ahora?
- Reserva un tiempo: Dedica momentos específicos en tu agenda para avanzar en tu propósito.
- Revisa y ajusta: Reflexiona cada semana sobre lo que funciona y lo que no.
Incorpora Pequeñas Acciones Diarias
No necesitas hacer grandes cambios de inmediato. Avanzar poco a poco puede ser la mejor estrategia para mantener la motivación y la constancia
- Reflexiona cada mañana sobre que cosas puedes hacer hoy para potenciar y vivir tu propósito de vida
- Rodéate de un ambiente que propicie pequeños cambios: libros y podcasts motivadores, notas en el frigorífico que te recuerden hacia donde vas o personas inspiradoras que te motiven
- Celebra cada pequeño logro. Esto refuerza tu compromiso y te motiva a seguir adelante.
Conclusión
Vivir mi propósito pude ser relativamente sencillo a partir del momento en que lo descubrimos, en que sabemos de verdad lo que queremos, lo que nos hace felices. Es un proceso paulatino en el que la Vida va a ponerme obstáculos y en el que chocaré frontalmente contra compromisos y obligaciones que dificultarán el avance. Sin embargo, cuando el compromiso es firme y nos decidimos a dirigirnos hacia nuestro auténtico y entrañable destino, pese a quien pese, todas las fuerzas del universo nos escoltan y apoyan en el viaje.
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longer term and it is time to be happy. I have read this post
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Javier