Gestionar bien el tiempo es una herramienta fundamental no solo para poder aprovecharlo al máximo, sino para disfrutarlo plenamente.
Perdemos muchas oportunidades a lo largo del día, muchos instantes de vida, en actividades inútiles o inapropiadas. Realizamos tareas que podrían ser evitadas y sustituidas por otras más productivas y divertidas. Y esto ocurre porque no sabemos o no queremos aprovechar el tiempo de que disponemos cada día para dar lo mejor de nosotros mismos.
Qué es gestionar bien el tiempo
Gestionar bien el tiempo es la capacidad de organizar y distribuir nuestras horas de manera eficiente, enfocándonos en lo que realmente importa y en las actividades que generan valor en nuestra vida personal. Esta habilidad implica tomar decisiones conscientes sobre cómo utilizamos nuestro tiempo para que cada acción que realizamos nos acerque a nuestros objetivos y nos permita vivir con mayor equilibrio y menos estrés. No se trata de «hacer más en menos tiempo», sino de hacer lo correcto en el momento adecuado. Esto incluye priorizar tareas, saber decir “no” a lo que no aporta, y crear rutinas que nos permitan cumplir con nuestras responsabilidades sin sacrificar nuestro bienestar.
Por qué es importante gestionar bien el tiempo
Gestionar bien el tiempo nos permite alcanzar metas, impedir la acumulación de tareas y evitar el agotamiento. Cuando tenemos un control adecuado de nuestras actividades, no solo somos más productivos, sino que también logramos sentirnos satisfechos. Y esto último resulta esencial para sentirnos bien con nosotros mismos. Además, nos ayuda a no caer en la procrastinación y el desperdicio de tiempo con actividades poco productivas o distracciones que no aportan nada relevante a nuestra vida.
En un sentido más práctico, si cabe, aprender a gestionar bien nuestro tiempo facilita que dejemos espacio para el descanso, el ocio y los momentos significativos con familia y amigos. Al final del día, una buena gestión del tiempo nos brinda una mayor libertad, eficacia y disfrute, ya que nos permite disponer de un mejor equilibrio entre tareas, objetivos y vida personal.
Qué causa una mala gestión del tiempo
La razón más evidente del por qué no gestionamos bien nuestro tiempo es la falta de planificación. Nadie nos ha explicado la importancia de organizar el día, al igual que se hace con cualquier actividad empresarial o profesional que se quiera culminar con éxito. Tampoco nos han enseñado como hacerlo. Nos levantamos cada mañana con un sinfín de tareas en mente, pero sin haber puesto orden entre ellas. Confiamos en que vamos a poder realizarlas todas o casi todas, aunque no hayamos dedicado ni un minuto a evaluar el cómo conseguirlo.
No resulta posible lograr un determinado objetivo sin un mínimo de método y planificación. Y esto sirve tanto para el mundo profesional como para el personal. ¿Por qué no, entonces, no solemos preparar y programar cada día de nuestra vida? ¿Es que no tiene, al menos, la misma relevancia que el mundo profesional?, ¿No se merece la misma atención y dedicación?
Cómo saber si estoy gestionando bien mi tiempo
Saber si realmente estamos gestionando bien nuestro tiempo puede ser un desafío, especialmente porque muchas veces asumimos que estar ocupados equivale a ser productivos. Sin embargo, la clave para una buena gestión del tiempo no es simplemente estar ocupado, sino realizar las tareas correctas de manera eficiente y mantener un equilibrio entre nuestras responsabilidades y nuestro bienestar personal. A continuación, se identifican algunas de las señales que nos indican que estamos gestionando bien nuestro tiempo en la vida cotidiana.
Señales de una buena gestión del tiempo
- Cumples tus objetivos de manera consistente
Si logras cumplir con tus objetivos personales en el tiempo planeado, es una señal de que estás gestionando bien tu tiempo. Esto puede incluir metas pequeñas, como leer un libro al mes, o metas más grandes, como aprender una nueva habilidad. Cuando el tiempo está bien organizado, te resulta más fácil progresar sin sentir que te falta tiempo. - Tienes momentos de descanso y tiempo libre
Una buena gestión del tiempo permite tener espacio para el descanso y el ocio sin sentir culpa. Si logras terminar tus tareas y aún así tienes tiempo para relajarte, socializar o dedicarte a tus hobbies, significa que estás manejando bien tu tiempo y no estás sobrecargándote. - Te sientes poco estresado/a y satisfecho/a con tu día
La gestión del tiempo no solo mejora la productividad, sino que también reduce el estrés. Si al final del día te sientes satisfecho con lo que lograste y no estás constantemente preocupado por tareas pendientes, probablemente estás gestionando bien tu tiempo. Esta sensación de control y satisfacción es un indicio claro de que estás haciendo un buen trabajo. - Evitas la procrastinación y las distracciones
Uno de los mayores desafíos en la gestión del tiempo es evitar la procrastinación. Si logras concentrarte en tus tareas y no dejas cosas importantes para el último minuto, esto indica que tienes buenos hábitos de organización. Una buena gestión del tiempo implica estar enfocado en lo importante y no caer fácilmente en distracciones.
Cómo administrar bien tu tiempo: estrategias y consejos
Para gestionar bien el tiempo precisamos, en primer lugar, evaluar lo que podemos hacer con el total de horas de las que disponemos. Necesitamos de un tiempo (inevitable e imprescindible) para dormir, comer, asearnos y descansar entre tareas. El resto estará disponible para hacer lo que consideremos oportuno.
Muchas personas sobrevaloran su capacidad de hacer cosas, llenándose de actividades que, luego, no son capaces de terminar. Otras, por el contrario, la infravaloran, dejándose en el tintero muchas cosas que podrían haber hecho y no hicieron. Resulta clave aprender a situarse en el justo punto medio, siendo conscientes de hasta dónde dan mis veinticuatro horas diarias.
Si día a día ves que gran parte de lo que te habías propuesto queda sin resolver y se te acumulan los pendientes, es hora de que te preguntes si no estarás programando mucho más de lo que tú, con tus circunstancias personales, puedes permitirte hacer. Reconsiderar hasta donde puedes llegar, sin extralimitarte, puede ser una receta liberadora que te permita hacer menos, pero hacerlo bien.
Un segundo aspecto esencial para una buena gestión del tiempo es saber establecer prioridades entre tareas. Es bastante común confundir la relevancia entre actividades, creyendo que las importantes no lo son y viceversa (no ocurre con todas, obviamente, pero sin con algunas).
Priorizar es saber distinguir lo relevante de lo que no lo es. Una habilidad que, aplicada a cualquier aspecto de nuestra vida, nos convierte en personas más relajadas y satisfechas.
Finalmente, una vez que hayamos seleccionado la cantidad de cosas que somos capaces de hacer en un día, y de haber establecido prioridades entre ellas, tendremos que ponernos a ello sin distracciones. Nos centramos en cada actividad, sin tratar de hacer varias cosas a la vez, y extrayendo, al mismo tiempo, la dosis de divertimento que cada una de ellas puede aportarnos. Este aspecto (el del divertimento), generalmente olvidado, es fundamental para disfrutar con lo que hacemos y evitar que la vida se convierta en una carga o un aburrimiento.
Gestión del tiempo en la vida cotidiana: Consejos básicos
Esta es una lista de consejos y herramientas prácticas para gestionar bien todo lo que haces en diferentes aspectos de tu vida, de forma sencilla y sin necesidad de utilizar técnicas elaboradas. Estos métodos «de andar por casa» pueden aplicarse a todo tipo de actividades cotidianas como el trabajo, el tiempo libre, el cuidado personal o las relaciones.
1. La casa: orden y limpieza
Cada cosa en su sitio: acostúmbrate a que cada cosa tenga su lugar. Trata de recoger tan pronto como puedas. No pospongas. Los pocos segundos que dedicas a dejar todo como estaba significarán horas ahorradas en el fin de semana para devolver a su lugar todo aquello que está desperdigado.
Limpia tan pronto manches. No acumules. Ello solo conseguirá incrementar en el futuro el tiempo de limpieza que deberás dedicar a dejar la casa recogida y limpia.
2. Tareas diarias: planificación y priorización
Usa una libreta o un programa de ordenador para planificar las tareas de la semana. Programar las actividades «de memoria» es una práctica totalmente ineficaz en cuanto a una buena gestión del tiempo. Necesitamos escribir, anotar y priorizar las tareas para hacer más con menos esfuerzo.
Acostúmbrate a programar tu vida de más a menos. Comienza con una “carta a los reyes magos”, incluyendo los buenos propósitos que te marcas para el año que comienza (tu lista de objetivos). Continúa con programaciones mensuales donde anotes lo más importante que te propones hacer y conseguir durante ese mes. Y termina con programaciones semanales, que deberán beber de las mensuales,. Este sistema de más a menos es una receta mágica (no lo dudes) para ver como tu tiempo, que antes te resultaba tan escaso, se dilata hasta quintuplicarse.
3. Ocio: un espacio sagrado libre de intrusos
Reserva tiempo en tu agenda para descansar y divertirte. Es más: convierte esta actividad en prioritaria. Este momento es solo tuyo y te ayudará a recargar pilas. No lo olvides
Acostúmbrate a dedicar algún espacio durante la semana al noble arte de «perder el tiempo». Es decir, a no hacer nada productivo, a vaguear, en definitiva. Todos y todas necesitamos este tiempo libre de obligaciones, rutinas, intereses y cosas por hacer. Un tiempo tan esencial como dormir.
3. Sociabilización escogida y moderada
Se moderado y moderada en tus relaciones y encuentros sociales. No te sobrecargues. Selecciona lo que te aporta y lo que no. Declina invitaciones que no te apetecen y elimina de tu agenda los compromisos. Deja de preocuparte por «el qué dirán». Nadie te lo va a agradecer.
Dedica un tiempo a estar contigo mismo, en soledad. Todos necesitamos ese tiempo en intimidad, sin presiones de ningún tipo. Considéralo una cita contigo mismo, una relación de tú a tú con tu ser interno para conocer de primera mano como te encuentras y que necesitas. Atenderte y escucharte es siempre prioritario.
Recuerda que solo puedes dar lo que eres. Si eres feliz entregarás felicidad; si alegre, distribuitrás alegría a tu alrededor, y si te sientes triste, solo tristeza saldrá de tí. Por eso, dedicar tiempo a sentirte bien resulta esencial si lo que quieres es repartir bendiciones y llevar luz a aquellos y aquellas que se crucen en tu camino. Nunca renuncies al tiempo dedicado a ti mismo. Resulta esencial para saber gestionar bien tu vida.