4 claves para ganar en tenacidad

Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debes dejar de ponerle aceite.  (Teresa de Calcuta)

Si añades un poco a lo poco y lo haces así con frecuencia, pronto llegará a ser mucho. (Hesiodo)

La gota horada la roca, no por su fuerza sino por su constancia  (Ovidio)

El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura. (Miguel De Unamuno)

 

La constancia, perseverancia, tenacidad o como queramos llamarla es la pieza angular del logro. Sin ella resulta imposible llegar a la meta. Convertirse en una persona constante cuando no se es, requiere de entrenamiento, nada más. Claro que, si disponemos de una estrategia para hacerlo, todo va a resultar más sencillo. La siguiente propuesta te puede ayudar a conseguirlo:

  1. Empieza con algo fácil e incrementa la dificultad poco a poco

Elige algo que quieras lograr, que sea sencillo y necesite de poco tiempo (no te propongas grandes objetivos, de momento). Por ejemplo:

    • En vez de hacer ejercicio todos los días durante media hora, comienza por hacerlo un día a la semana durante 10 minutos.
    • En vez de eliminar el chocolate de tu dieta, comienza por suprimirlo o reducir su cantidad un día a la semana.

¿Coges la idea? Se trata de establecer metas fáciles, pero que requieran constancia. Si es hacer ejercicio 10 minutos una vez a la semana, hazlo todas las semanas. No te saltes ninguna. Tienes el resto de los días para practicar sillón-bol. Si lo que te has propuesto es reducir la dosis de chocolate de 2 onzas a una, un día a la semana, hazlo siempre. No cedas. El resto de días puedes atracarte de chocolate, si quieres (no te lo recomiendo).

Lo importante, el fin de este entrenamiento, está en habituarse a crear hábitos

  1. Establece horarios y puntos de referencia

Es muy importante fijar momentos concretos para introducir el nuevo hábito y, también, utilizar anclajes o recordatorios. Tomando los mismos ejemplos anteriores:

    • Haz ejercicio siempre el mismo día (por ejemplo, domingo) y en el mismo momento (por ejemplo, al levantarte)
    • Pega una nota recordatoria en el panel de tu frigorífico: “solo una onza de chocolate los lunes, después de comer”

Esto evitará el pernicioso hábito de la procrastinación (dejar las cosas para otro momento), enemigo acérrimo de la constancia.

  1. Mantén un registro y retoma tus desvíos.

Como en todo proyecto, el registro y control de la actividad, así como la previsión de riesgos y las medidas para minimizarlos, forman parte del programa. Dos aspectos atener en cuenta en relación a esto:

    • Mantén un diario que refleje tus avances. Puedes anotar en él cada día tu experiencia respecto a la nueva rutina que estás introduciendo en tu vida. Ello añadirá mayor motivación y permitirá que detectes posibles mejoras. Al final de cada semana o de cada mes (dependiendo del alcance del objetivo que te hayas propuesto) revisa tus notas, felicítate por los avances conseguidos y comienza a ser consciente de cómo la constancia está comenzando a instalarse en tu vida y de los beneficios que te reporta.
    • Acepta las pequeñas derrotas (nadie es perfecto. Sabemos que podemos fallar). No se trata de culparnos, sino de corregirlo cuanto antes. Habrá ocasiones en que te saltes tu hábito (un domingo que no has hecho esos diez minutos de ejercicio, o un lunes que te has atracado de chocolate). Estas desviaciones también forman parte del entrenamiento.

No te culpes: es una trampa para hacerte desistir, para convencerte de que no tienes voluntad. Más bien, reconoce tu humanidad, tu capacidad de fallar y retoma, lo antes posible, tu nuevo habito. Con la práctica, las posibilidades de fallar se irán reduciendo hasta desaparecer.

  1. Incrementa el alcance

A medida que el nuevo habito de la constancia se instale en tu vida, proponte mayores objetivos, incrementa el nivel de tu constancia, pero no quiera correr, vete poco a poco. Si los saltos son demasiado grandes, es fácil que falles a menudo y esto te haga perder motivación.

 

Comparte este contenido

Deja un comentario