¿Para qué me levanto cada mañana?

<< ¡Maldito despertador! Otro día de trabajo. La misma rutina, las mismas caras, los mismos problemas. ¿Cuándo llegará el fin de semana? ¿Y las vacaciones? >>… Juan, apagó la alarma del reloj y, pese a sus ganas de continuar en la cama, se levantó, dispuesto a comenzar su jornada habitual. No cabía otra posibilidad. ¿O sí?

<< No, no voy a levantarme. ¿Para qué? No puedo enfrentarme a la mañana, me siento incapaz. Solo veo tristeza, decepción y angustia a mi alrededor. ¿Qué me está pasando? ¿Por qué he perdido las ganas de vivir? >> … Luisa se enfrentaba a un nuevo amanecer sin saber que hacer ni cómo vivir. La profunda crisis que la acompañaba desde hacía semanas, continuaba haciendo estragos en su ánimo, a pesar de los antidepresivos y ansiolíticos que acompañaban su desayuno de todos los días.

<< ¡Qué bien he dormido! ¡Gracias por esta noche de descanso, por este nuevo día lleno de oportunidades, por la salud, por la familia, por las ilusiones, por la vida! >>… Felipe se levantaba lleno de energía, como casi siempre. Había mucho por hacer. Ilusionado con sus proyectos, sus sueños y aquel indefinido sentimiento de que todo era posible, se despertaba ansioso por experimentar todo lo que el mundo podría ofrecerle.

………….

Tres formas distintas de comenzar el día, tres maneras de entender el mundo, tres actitudes con las que enfrentar el futuro. Cada una con sus particularidades, apuntando a un destino diferente y sembrando las semillas de unas vivencias que serán fiel reflejo de la actitud personal de cada uno. Seguro que no te resultará difícil pronosticar como transcurrirá el día de Juan, el de Luisa y el de Felipe.

¿Para qué me levanto cada mañana? ¿cuál es el motor que me mueve? ¿Qué espero, adónde voy, que quiero?… Preguntas importantes para una vida con sentido, rica en experiencias y logros personales, pero que rara vez nos hacemos, abrumados por la rutina diaria, las preocupaciones y los problemas, sin tiempo (eso creemos) para otra cosa que no sea hacer y hacer.

Conocer el destino resulta esencial para un viaje fructífero. ¿Te imaginas preparar tus próximas vacaciones sin haberte planteado ni el a dónde ni el cuándo? ¿Con qué vas a llenar la maleta? ¿cómo vas a elegir el equipaje si no sabes lo que puedes encontrarte? Nuestro camino personal, el propósito que nos guía, la motivación que nos impulsa a actuar y a elegir no puede ser algo secundario de lo que ya nos ocuparemos en algún momento… ¿Cuándo?… ¿Cuándo la parca llame a la puerta?

No se trata de hacer grandes cosas ni de perseguir metas memorables (esto también sería bueno), sino de comenzar a vivir de acuerdo con nuestros ideales, a hacer más lo que nos apetece hacer y menos lo que nos disgusta, y dar pequeños pasos que nos acerquen al modo de vida que siempre hemos deseado.

¿Nunca te has sentido especialmente ilusionad@ al levantarte, presa de la maravillosa sensación de que las cosas pueden cambiar? Son esos instantes únicos en los que todo parece posible y alcanzamos a vislumbrar el poder que nos habita, la enorme fuerza de la que disponemos para lograr lo que nos propongamos.

La Vida es un hermoso regalo que no podemos malgastar en un simple sobrevivir. Esto podía ser adecuado en los albores. cuando los primeros homínidos tenían que enfrentarse a una sabana llena de peligros. Pero ahora no. VIVIR es el reto y el premio, la razón de ser, de existir, de respirar y de despertarse cada amanecer. Y este VIVIR es único para cada ser humano. No se puede compartir ni copiar ni regalar. Es lo que te hace vibrar, lo que llena de lagrimas tus ojos cuando lo echas en falta, lo que te colma de ilusión cuando lo sueñas y, en definitiva, aquello que te da la fuerza y la energía necesarias para superar los retos y las dificultades de cada día sin miedo y con esperanza.

Dedicar un tiempo a reflexionar sobre lo que quiero, hacia donde me gustaría caminar, el propósito al que entregar mis afanes y la vida que desearía para mí, es el comienzo de un cambio espectacular en mi experiencia vital.  A partir de ahí, de esta toma de conciencia, de este respeto por uno mismo, sabiendo de donde parto y hacia donde quiero ir, será más fácil dar los pasos necesarios y establecer la ruta adecuada para acercarme, cada vez más, a mi edén personal (cada uno diferente y único). Siendo consciente de como mis decisiones, actitudes y pensamientos afectan a mi vida y crean mi futuro, sabré elegirlos con cuidado, seleccionando aquello que me apoya y desechando lo inútil que me estorba y detiene. En palabras de Louise Hay: «Los pensamientos que tenemos y las palabras que decimos son tremendamente poderosos. Es casi como si al tener un pensamiento o pronunciar una palabra, éstos salieran de nosotros para regresar convertidos en experiencias.»

Por si tu caso fuese el de Luisa, y estuvieses falt@ de ilusión y motivación para acometer la metamorfosis que necesitas, te dejo con la liberadora reflexión de Facundo Cabral: “No estás deprimido, estás distraído

Que no te pare la edad, ni la enfermedad, ni el estado físico, ni los pocos ánimos, ni tus circunstancias personales, por difíciles que estas puedan parecerte. Siempre estás a tiempo de comenzar de nuevo, de efectuar cambios, de mejorar, de reiniciar el camino que abandonaste cuando eras niñ@ y todo te parecía posible. No puedes permitirte dejar pasar los años sin saborear la vida que tú sabes que te mereces. Elegir un propósito por el que levantarte cada mañana es el primer paso para iniciar esa ruta que te llevará hacia un mayor nivel de paz y felicidad.

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